Auto de lujo, familiar y taxi.
Cada una de estas afirmaciones sirve para definir, por orden, las tres
décadas por las que atravesó la producción del Peugeot 504 en Argentina.
Seguramente no habrá otro igual. Con 30 años, es el modelo nacional con
más permanencia ininterrumpida en nuestro mercado, superando incluso al
Falcon, que se produjo entre los años ´62 y ´91, y al Renault 12, fabricado
entre el ´70 y el ´94. Además es el auto que batió todos los records de
producción y ventas: hasta el día de hoy se llevan comercializadas más
de 495.000 unidades. Según informaron directivos de Sevel la discontinuación
del modelo llegará en el último trimestre del año. Pero mejor pasar a
detallar los momentos más importantes en la vida del "Yeyo", tal como
todos lo conocieron, desde los tiempos de auto "canchero" hasta su proletario
final de auto trabajador.
Auto de lujo
El Peugeot 504 fue lanzado en Francia en septiembre
de 1968 y apenas 11 meses más tarde llegaba a nuestro país, todo un
récord para aquellos tiempos. Tanto es así que fue nombrado "Auto del
año ´69" en Europa y en la Argentina. La primera versión del "Yeyo"
estaba equipada con un motor naftero de 1.657 cm³ con una potencia de
76 CV. Con respecto a la versión francesa, el nacional pesaba 64 kilos
menos, tenía una trocha más angosta y el motor era 200 cm³ más chico.
Durante sus primeros años de vida fue considerado un auto de lujo, y
exponente en un segmento en el que no había demasiada oferta. El auto
nacional más lujoso de esa época era el Rambler Ambassador (dejó de
fabricarse en 1969) que junto al Falcon, el Torino y el Chevy (iniciaba
su producción en el ´69) pertenecían a un segmento superior. En 1974
el 504 recibió su primera modificación: el motor de 1.657 cm³ le dejó
lugar a uno de 1,8 litros y las versiones pasaron a llamarse XL, XE
y XSE. Esta última quedaría en la historia por ser el primer auto nacional
que incorporaba de fábrica el pasacasette. En el año ´75 el "Yeyo" emezaba
a competir en serio. El Ford Taunus salía al mercado con muy buenas
críticas. En el ´76 se lanzaron dos nuevas versiones. De acuerdo con
el gusto de los consumidores, seguía incrementándose la potencia del
motor, y el 1.8 le daba lugar a un 2 litros que tuvo dos versiones,
una de 96 CV y otra más deportiva de 110 caballos, a la que se denominó
TN. Estas versiones incorporaban un tablero de instrumentos muy equipado
(cuentavueltas, no muy común por aquel entonces), volante deportivo,
palanca al piso y butacas reclinables. Un lujo para la época. Además
incorporaban un novedoso sistema que, a tarvés de una válvula reguladora
del líquido de freno, evitaba el bloqueo de las ruedas traseras. El
TN se ofrecía únicamente en celeste o naranja, con dos bandas blancas
que lo cruzaban desde la trompa hasta la cola. Contaba con suspensiones
más rígidas y las llantas eran más anchas. Alcanzaba los 170 km/h y
aceleraba de 0 a 100 en 12,3 segundos.
Auto familiar
En 1979, a diez años de comenzada su producción nacional, el 504 entraba
en la segunda parte de su vida. Ya dejaba de lado su corte de auto elitista
para ir transformándose en el auto más elegido por la clase media y
las familias. En ese año Safrar (empresa encargada de su producción)
empezó a importar versiones break, que se distinguieron por contar con
tres filas de asientos y disponer de caja manual o automática. También
fue la época de los primeros motores Diesel. Se trataba de los Indenor
de 2,3 litros de cilindrada y 70 CV. En 1980 Safrar se integra con Fiat
y dan origen a Sevel Argentina, y en 1982 aparece por primera vez una
versión económica. Ya tenía trece años de vida y las condiciones del
mercado eran cada vez más exigentes. El año ´81 fue testigo del lanzamiento
del Renault 18 y en 1984 veía la luz el Ford Sierra. Ante estos hechos,
el 504 debía repocicionarse y bucear en segmentos en los que hasta ese
momento no le había hecho falta transitar.
El símbolo del taxi
Ya a fines de la década del ´80 el 504 se manifestaba como el auto ideal
para ser usado como vehículo de alquiler o transporte público de pasajeros.
Su gran comodidad y espacio interior, un noble motor gasolero, un andar
que hasta el día de hoy se hace difícil igualar, un precio cada vez
más bajo y algunos otros beneficios resultaron argumentos suficientes
para los taxistas. En 1990 ya se habían superado las 250.000 unidades
vendidas y cuando todo hacía suponer que la entrada a la última década
del milenio iba a ser demasiado para un noble auto de más de veinte
años, el 504 se despachó con otro restyling, como para seguir dando
pelea. Fue en 1993, hecho por la casa Pininfarina, y a partir de ahí
quedaría tal cual se lo conoce hoy. El público nunca le dió la espalda
y en 1994 sorprendería al ser el mejor años de ventas para este modelo:
24.970 unidades. Este año lleva vendidas 1.796 unidades y ya se anunció
que en el último trimestre se discontinuará su producción.
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